Nuestro estilo de vida, el cambio climático y la aparición de enfermedades cutáneas en personas cada vez más jóvenes, nos demuestran que el cuidado de la piel no solo implica el uso de agua y jabón. Por ello, la industria cosmética se ha encargado de crear productos específicos para cada tipo de piel, edad, o incluso irritaciones específicas; sin embargo, la clave para mantener una piel visiblemente más saludable es generar un hábito de limpieza que se adapte a nuestro estilo de vida y presupuesto.
Para encontrar la rutina ideal es posible que necesitemos probar varias alternativas hasta encontrar los productos y cuidados especiales para nuestro tipo de piel (grasa, seca, mixta o normal). También es importante tener en cuenta que los cuidados del cutis y de la piel en general requieren ajustes con el paso de los años, ya que nuestra piel va madurando con los años.
Cuidados básicos de la piel
La rutina diaria de limpieza debe incluir al menos estos tres pasos básicos tanto en la mañana como en la noche: Limpiar, tonificar e hidratar. Limpiamos para retirar toda la suciedad y restos de maquillaje, luego tonificamos para preparar la piel y mejorar el aspecto de los poros, y por último humectamos para balancear su humedad, protegerla del sol y demás agentes externos.
Existen otros cuidados que nos pueden garantizar un mejor aspecto y salud en nuestra piel, aquí encontramos: Desmaquillar, corregir, proteger y consentir.
Antes de iniciar la rutina de limpieza debemos desmaquillar nuestra piel, utilizando productos que eliminen los restos de pestañina, bases y demás cosméticos; luego de tonificar, es importante corregir líneas de expresión y arrugas que aparecen con el envejecimiento (este paso incluye tratamientos faciales anti-envejecimiento o de rejuvenecimiento). Otro paso esencial incluye la protección de los rayos ultravioleta de tipo UVA y UVB, ya que contrario a lo que pensamos, estos rayos también son recibidos por nuestra piel cuando estamos en interiores, incluso en nuestra oficina u hogar. Finalmente, el paso a seguir es consentir la piel, lo que incluye técnicas diseñadas para regenerar y nutrir, entre ellas encontramos la exfoliación, el uso de mascarillas, vaporización, entre otras.
Reglas para el cuidado de la piel
Regla 1. A cada tipo de piel, su propio cuidado. Para mantener la piel saludable es ideal conocerla desde su interior y elegir los productos adecuados.
Regla 2. Presta atención a las zonas sensibles. Algunas zonas del rostro como los labios y los párpados requieren cuidados especiales.
Regla 3. Realiza una limpieza suave. Especialmente para tratar la piel sensible.
Regla 4. Cuida el contorno de los ojos. Elige una rutina específica ya que esta zona es 10 veces más fina que el resto de nuestro cutis.
Regla 5. La exfoliación es ideal. Una o dos veces a la semana realiza una exfoliación en el rostro, no olvides utilizar los productos adecuados y aplicarlo con suavidad.
Regla 6. La hidratación es esencial. Para mantener un equilibrio es importante mantener el nivel de agua de la piel.
Regla 7. Elige el maquillaje apropiado. Así evitarás producir alergias y manejar apropiadamente la piel sensible.
Regla 8. Protégete del sol. Elige un protector solar diario sin importar la época del año en la que te encuentres, esto evitará enfermedades y arrugas prematuras.
Regla 9. Cuidate de las agresiones externas. La contaminación, el tabaco y el estrés pueden tener efectos adversos sobre tu piel, ten en cuenta estos factores para tu rutina diaria.
Regla 10. No olvides los labios. Aplica con frecuencia un bálsamo para mantenerlos hidratados y protegidos.
La rutina diaria de cuidado facial básico en conjunto con los cuidados especiales mantiene tu piel saludable y con una sensación de frescura sin importar cuál sea tu tipo de piel. Tu cutis lucirá terso y suave.